Durante los cinco años en los cuales sufrimos de infertilidad, la primera sugerencia de amigos y colegas siempre fue, “¿Por qué no tratan la FIV?”. Ésta era gente bien intencionada, quienes entendían el anhelo natural de una pareja a tener hijos. Siendo enfermera de sala de emergencias, mis colegas estaban especialmente confundidos en cuanto a por que todavía no había tratado esta “solución” médica. La Fecundación In-Vitro (FIV) parece, en la superficie, la solución lógica al tristísimo problema de infertilidad. Pero, aunque el procedimiento resulte en un bebe saludable, de ninguna manera trata a la infertilidad. Más aún, en el proceso de hacerse padres via FIV, la pareja participa en un acto terrificante a la naturaleza de la paternidad.
En el corazón de las parejas más felices, que aman a Dios, hay un deseo profundo de multiplicar ese amor con hijos. Cuando un embarazo no ocurre naturalmente, estas parejas dependen de sus doctores para consejo y dirección. Desafortunadamente, muchos doctores hacen muy poco para entender la causa de la infertilidad, y aún menos en tratar el problema. En la mayoría de los casos, la pareja es simplemente referida a un experto en FIV.
Hay varios problemas con este “tratamiento”, pero el mayor de estos, es que la mayoría de los bebés (en la etapa embrionaria) creados en placas de Petri, son botados. Haciendo que el primer acto de la pareja como padres, en muchos casos sin saberlo, es uno trágico. Aunque presume ser tratamiento de infertilidad, la FIV no lidia con la infertilidad de ninguna manera. Los doctores de FIV fuerzan al cuerpo an quedar embarazo, y la mujer queda sintiéndose como un instrumento de laboratorio, y no una persona entera y saludable. Hay, afortunadamente, otra opción que trata a la mujer como persona, y ve a los niños como un regalo de Dios, y no una mercancía a demandar.
La Tecnología NaPro ofrece tratamientos que tratan con los problemas subyacentes que resultan en infertilidad. Los doctores NaPro empiezan el tratamiento detallando el ciclo menstrual y con exámenes extensos para proponer diagnósticos médicos que expliquen la infertilidad. Luego, proponen tratamientos para cada diagnóstico. Los doctores tratan a la mujer como la persona preciosa que es para resolver los problemas de fertilidad. Este enfoque en la persona deja a la mujer con optimismo en su salud en general, y su fertilidad por el resto de su vida, en lugar del enfoque de curita de la FIV, que puede resultar en un embarazo, pero no resuelve ningún problema médico.
Mientras los primeros cinco años de nuestro matrimonio nos trajeron toda la angustia y tristeza que viene con la infertilidad, los siguientes 5 años, después de ser tratada con un increíble doctor NaPro, nos trajeron cuatro hermosos hijos, y hoy en día con un quinto en camino. Elegir el “tratamiento” de FIV parecería la decisión lógica, procreativa y de amor, pero la tristísima paradoja es que el acto desesperado en buscar hacerse padres resulta en más muertes que vida, y, de hecho, no trata a la infertilidad de ninguna manera.