Varias décadas atrás participé en una pacífica “Cadena de Vida.” Claramente me acuerdo de un pequeño grupo de caras contrarias y virulentas que cantaban “Quiten sus rosarios de nuestros ovarios.” Por tan ridículo e irreverente como la protesta sonaba, a lo largo de los años me he dado cuenta de que hay una relación clara entre la oración y la reproducción, tan cierta como la conexión que Dios hizo entre el amor y la vida. En los Misterios Gozosos del Rosario la vida de Jesús en el vientre de María es testimonio de lo sagrado de la procreación y la crianza de los niños. La virginidad de María también se relaciona con la abstinencia cuando indicada, como cuando se usan métodos de aprecio de la fertilidad para postergar un embarazo.
Para que esto sea más claro, sin embargo, es necesario incluir a San José. Aunque María es “La Santísima Virgen,” y a pesar de que las imágenes a menudo la presentan sola con el niño Jesús, ella no es una madre soltera. Los primeros dos capítulos de Mateo y Lucas se esmeran en subrayar que ella y José son desposados en el momento de la Encarnación. Según las costumbres judías los desposorios eran la primera etapa del matrimonio y tenían todos los efectos jurídicos de los votos de una boda. Sólo las relaciones conyugales fueron pospuestas por meses hasta preparar la casa para luego celebrar la etapa final cuando el novio llevaba a su esposa en su casa. Los evangelios incondicionalmente llaman “esposo” y “esposa” a José y María durante este tiempo. Citando a San Agustín, San Juan Pablo II claramente enseñó que es tan importante defender la autenticidad del matrimonio, como profesar la concepción virginal de Jesús.
La Encarnación del Hijo de Dios a una pareja desposada redimió el matrimonio, que fue herido por el pecado original de Adán y Eva. Mientras nuestros primeros padres ocasionaron lujuria en la sexualidad y dolor en el parto (Génesis 3,7.16), María y José ejemplifican el amor desinteresado y el pleno gozo de recibir el don de la Vida en el matrimonio. Su llamada singular a la virginidad permanente dentro del matrimonio no es un rechazo de la sexualidad matrimonial, sino más bien la afirmación divina de que las relaciones sexuales tienen que ver con la procreación. Al centro de la historia humana, el evento singular de la concepción por obra del Espíritu Santo ofrece la única circunstancia en que coexisten el matrimonio auténtico y la virginidad total. San Juan Pablo enseñó que el matrimonio y la virginidad son los únicos dos modos de amar. Los Santos Esposos son los modelos universales de ambas formas.
La vocación de María y José demuestra tres verdades respecto al matrimonio:
El Matrimonio es entre un hombre y una mujer. Para asumir la naturaleza humana, el Hijo de Dios asume la necesidad de una madre humana y un padre humano. La unión de la naturaleza divina con la humana elimina la necesidad de que José engendre a Jesús de la manera natural, pero no elimina la realidad de su verdadera paternidad humana en todo otro sentido.
El Matrimonio tiene que ver con la crianza de niños. En el plan de Dios José y María fueron escogidos uno para el otro con el propósito de recibir a Jesús en su amor matrimonial. Desde el momento de los desposorios estaban abiertos a lo que Dios dispondría para ellos, aunque inconscientes de lo que sería (como es el caso en cierta medida para todos los recién casados).
Las Relaciones sexuales tienen que ver con la concepción de niños. María y José no tienen conocimiento carnal uno del otro durante el tiempo de los desposorios antes de la Encarnación. La concepción de Jesús en el vientre de María por obra del Espíritu Santo realiza el propósito matrimonial de la procreación de una manera singular que implica su llamada a la virginidad perpetua.
¿Qué tiene que ver este singular matrimonio virginal con cualquier otro matrimonio? En pocas palabras, los Santos Esposos pueden enseñar a cada pareja a estar abiertos al plan de Dios para tener hijos y a ser desinteresados en su amor mutuo. En nuestros tiempos la anticoncepción ha dado lugar a la contradicción directa de las tres verdades mencionadas arriba. La comprensión y aceptación de estas verdades proporciona la motivación más sólida para rechazar la anticoncepción a favor de la cooperación con la naturaleza. Los esposos necesitan la inspiración y el ejemplo de José y María para aprender la confianza en la divina providencia y el amor sacrificial e incondicional uno para el otro. Necesitan la ayuda de los Santos Esposos para permanecer abiertos al don de la vida y para practicar la abstinencia sexual cuando la conciencia la indica. Necesitan la fuerza de oración de los dos intercesores más poderosos de todos, la Madre y el Patrono de la Iglesia.
Aunque de ninguna forma es sólo para matrimonios, la devoción del Rosario de los Santos Esposos es particularmente apta para responder a estas necesidades de parejas. En esta devoción los cinco Misterios Gozosos del Rosario Mariano se extienden en diez “Misterios de la Encarnación y la vida escondida.” Al meditar estas verdades por la experiencia compartida de los padres terrenales de Jesús, tenemos la mejor lente para enfocar en los primeros 30 años de su vida en la tierra. Tal reflexión provee abundante alimento espiritual para que las parejas comprendan mejor y profundicen su propia experiencia de su vocación, su amor mutuo, la procreación, el dar nombre a su prole, la celebración de los ritos religiosos, el enfrentar las amenazas, el respeto para la vocación de cada niño y la santificación de la vida familiar cotidiana.
La oración repetida en las diez cuentas de cada misterio adapta el Ave María para incluir a San José. Venera a María y José con títulos bíblicos y eclesiales, se centra en alabar el nombre de Jesús, y pide la intercesión de los Santos Esposos también para las familias:
María, llena de gracia, y José, hijo de David; honor a ti, Madre de Dios, y a ti, custodio del Redentor. Eterna alabanza al Niño con quien formaron una familia Jesús. Santos Esposos, rueguen por nosotros pecadores, por nuestras familias y comunidades, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
Hemos publicado un libro aprobado titulado El Rosario de los Santos Esposos, que contiene una descripción completa de la devoción y una guía para rezarlo. Cada misterio se ilustra con una hermosa imagen a color, una explicación del trasfondo bíblico, posibles aplicaciones personales y una invitación a la contemplación. Entre las oraciones finales hay las Letanías de los Santos Esposos.
El rezo frecuente del Rosario de los Santos Esposos es capaz de cambiar la vida personal, el matrimonio y la familia.
Los diez misterios de la encarnación y la vida escondida
Los desposorios de José y María
El anuncio del ángel a María
El anuncio del ángel a José
José toma consigo a su esposa
El nacimiento del niño Jesús
La circuncisión y el Nombre de Jesús
La presentación en el templo
La huida y el regreso de Egipto
El joven Jesús hallado en el templo
La vida escondida en Nazaret