Comparemos la planificación familiar natural (PFN) con la anticoncepción. Esto puede ayudarnos a recordar lo que está en juego al adoptar la PFN y rechazar los anticonceptivos. Para evaluar una herramienta, nos preguntamos: ¿para qué sirve? Un defecto importante de la anticoncepción es que hace que las relaciones sexuales no produzcan bebés. Sin embargo, un bebé es uno de los objetivos principales del acto sexual; otro es la unión de la pareja. A diferencia de la anticoncepción, la PFN no hace que el sexo sea estéril. Al contrario, la PFN respeta el carácter de la intimidad orientada al bebé y a la unión.
Digamos que alguien reconoce que la anticoncepción difiere moralmente de la PFN. ¿De qué diferencia estamos hablando? Tomás de Aquino (filósofo, teólogo, sabio pensador moral y santo a quien la Iglesia católica recomienda repetidamente como guía) habla de la anticoncepción como impedir “la generación de la naturaleza humana”. En otras palabras, la anticoncepción evita un bebé. Dice que tales actos ocupan un “lugar al lado” de los actos que destruyen “una naturaleza humana ya existente”. O, en otras palabras, actos que, por ejemplo, destruyen un bebé. Entonces, ¿cómo es que la anticoncepción está al lado de tal acto? Considere cómo un anticonceptivo común que evita un bebé también puede causar un aborto espontáneo.
Aunque su uso varía, aproximadamente una octava parte (12.5%) de las mujeres de EE.UU. que utilizan métodos anticonceptivos confían en los dispositivos intrauterinos hormonales (DIU). Como su nombre indica, el DIU se coloca dentro del útero de la mujer. Los DIU hormonales están recubiertos de una progestina (un progestágeno sintético que imita a la hormona natural progesterona). La hormona progesterona, sintetizada de forma natural, recibe su nombre de “pro”, que significa “favorecer o promover”, “gester”, que significa “llevar, parir o llevar en el vientre”, y “ona”, que tal como se utiliza aquí significa un “enlace químico”. Así pues, la progesterona -como su nombre indica- es una molécula química que ayuda a la mujer a quedar embarazada y a seguir estándolo.
Entonces, ¿por qué utilizar un progestágeno para evitar un bebé? Hay un par de razones. En primer lugar, como se encuentra en un DIU hormonal, la progestina inhibe la ovulación o liberación del óvulo: no hay óvulo, no hay espermatozoide que se encuentre con el óvulo (fecundación). Es decir, no hay bebé. En efecto, la progestina hace que el cerebro y el cuerpo de la mujer piensen que el espermatozoide y el óvulo ya se han encontrado, que ella está embarazada. En respuesta, el cuerpo de la mujer reduce la ovulación. Sin embargo, no elimina por completo la ovulación.
Esto nos lleva a la segunda razón para utilizar progestágenos para evitar un bebé. Una vez dentro de la mujer, los espermatozoides nadan hasta el óvulo a través del moco cervical. El mejor moco para que los espermatozoides naden hasta el óvulo es el húmedo y abundante. La progestina seca el moco cervical, haciéndolo más espeso. La progestina también disminuye la cantidad de moco cervical. Ambos efectos de la progestina dificultan la llegada de los espermatozoides al óvulo, reduciendo la probabilidad de que se encuentren con éste.
Los dos mecanismos anteriores son de naturaleza anticonceptiva. Es decir, disminuyen la posibilidad de que el espermatozoide se encuentre con el óvulo al reducir tanto la ovulación como la movilidad del espermatozoide. Así, la progestina que se encuentra en un DIU impide el acto de concebir. Sin embargo, no elimina por completo el encuentro del espermatozoide con el óvulo (creación del bebé o fecundación). Esto nos lleva a una tercera razón que tienen las personas para utilizar un DIU hormonal.
El tercer mecanismo no es de naturaleza anticonceptiva. Más bien provoca un aborto espontáneo. Por este motivo, el DIU hormonal se denomina “abortivo”. ‘Abortivo’ viene del latín ‘ab’ que significa “mal”, ‘oriri’ que significa “nacido”. Como su nombre indica, un abortivo provoca un mal nacimiento o un aborto espontáneo.
¿Por qué un DIU hormonal puede ocasionalmente provocar un aborto espontáneo? La progestina adelgaza el revestimiento del útero (el endometrio), por lo que lo hace menos hospitalario para un óvulo fecundado, embrión, también conocido como bebé. Como se ha indicado anteriormente, la posibilidad de fecundación se reduce, pero no se elimina, en una mujer que utiliza un DIU hormonal. Si se produjera la fecundación, el embrión tendría dificultades para implantarse en el útero debido al adelgazamiento del endometrio. Este efecto de la progestina, tal como se encuentra en un DIU hormonal, se denomina “desincronización”. Como su propio nombre indica, la desincronización hace que el embrión y el útero se desajusten entre sí. Esto significa que cuando el embrión está listo para implantarse en el útero, éste no está preparado para recibirlo. Por lo tanto, el bebé sufre un aborto espontáneo. El DIU hormonal provoca un aborto de este tipo. En este sentido, es un abortivo; su uso provoca la pérdida del bebé.
Los DIU hormonales pueden durar entre tres y ocho años. Aunque es difícil determinar la frecuencia de los abortos espontáneos con precisión y exactitud, es probable que una usuaria típica de un DIU hormonal sufra un aborto espontáneo a lo largo de un periodo de tres años. De hecho, podría ocurrir anualmente; de nuevo, es difícil de determinar. Independientemente de la frecuencia, el DIU hormonal ocasionalmente causa la muerte del embrión, un ser humano. Quien esté dispuesto a utilizarlo sabiendo que tiene este efecto está dispuesto a destruir a un ser humano.
Como se ha señalado anteriormente, Tomás de Aquino sitúa la anticoncepción como algo distinto, aunque próximo, a la destrucción de un ser humano. En el caso del DIU hormonal, ampliamente utilizado, vemos que la prevención deliberada de la concepción está íntimamente relacionada con la misma sustancia química molecular sintética que impide que el embrión se implante, lo que provoca su muerte. En consecuencia, vemos, como señala Tomás de Aquino, que estar dispuesto a impedir la concepción de un ser humano (anticoncepción) es casi como estar dispuesto a destruir a un ser humano ya existente. Por esta e innumerables razones aliadas, hacemos bien en evitar los anticonceptivos y abrazar la sana PFN. Porque las relaciones sexuales con anticonceptivos difieren drásticamente de las relaciones sexuales abiertas a la vida.