Ojalá estuviera de moda el aprender sobre la PFN. Cómo quisiera que las mujeres jóvenes supieran sobre esto y que lo prefirieran en vez de optar por los anticonceptivos, así como una persona a quien le gustan las cosas dulces y prefiere desayunar una avena con pasas en vez de un cereal cargado de azúcar y otros ingredientes no nutritivos. Ojalá esto fuera la “norma” en nuestra cultura, o que por lo menos lo presentaran como otra opción equitativa cuando a las jóvenes le dan la opción de tomar anticonceptivos. Luego recuerdo la realidad: la mayoría de las mujeres jóvenes ni siquiera han oído hablar de la PFN. Se podría decir que aún nos queda algo de terreno por recorrer. Me parece que los que amamos la PFN estamos de acuerdo en que para poder cambiar el hecho de que la mayoría de las personas no saben sobre la PFN, una cosita que podríamos hacer, aparte de vivirla, es hablar sobre esto, especialmente con personas que nunca han escuchado nada al respecto.
Al inicio de este año, estuve trabajando como maestra suplente a largo plazo en una escuela preparatoria, en la clase de teología, por seis semanas. Cuando se presentó la oportunidad de que mi mamá presentara una charla sobre la Teología del Cuerpo y la PFN en las clases de religión, aproveché. Así llega a formar parte de esta historia mi mamá, la verdadera protagonista y heroína, quien hizo todo el trabajo difícil y presentó su charla a más de 250 mujeres jóvenes durante dos días. Ella había querido presentar esta charla en un entorno escolar y esta experiencia fue una forma pequeña pero perfecta de empezar. Lo que comparto a continuación se basa en esta experiencia y ofrezco dos observaciones que podrían servirles a las personas que aman y valoran el regalo que representa la PFN en sus vidas.A mí me encanta la fotografía, el arte, armar conjuntos de ropa económica y todo lo que tenga que ver con la belleza, lo cual probablemente explica por qué se me ocurrió mi primera observación mientras que consideraba el aspecto artístico de la presentación de PowerPoint de mi mamá (¡Perdóname mamá!). Durante la primera clase, me senté atrás del salón y vi cómo mi mamá pasaba de una diapositiva de tonos de un azul oscuro a la otra durante su presentación de PowerPoint. De reojo, pude ver que una estudiante tomaba apuntes en su computadora portátil y usaba tipografías bonitas y coloridas. Para cuando mi mamá llegó al final de su presentación, esta joven había creado su propia presentación atractiva en PowerPoint a la vez que escuchaba la charla para luego enviármela por correo electrónico con la velocidad de un rayo. Durante esa presentación y desde entonces, he deseado que mi mamá tuviera hermosos recursos tecnológicos hechos a la medida para que pueda cautivar y fascinar a su público. Este aspecto donde la PFN, la tecnología y la cultura se encuentran es un aspecto que está listo para que alguien lo cultive y lo estudie. La próxima vez que mi mamá presente esta charla, me encantaría que su PowerPoint tuviera una transformación bohemia y que esté repleta de bellos videos de parejas jóvenes contando su historia de la PFN y su matrimonio. Me encantaría al concluir su presentación, que ella pudiera mostrarles a las chicas una aplicación electrónica donde puedan llevar el historial de sus ciclos y darles un bonito folleto con instrucciones para entrar a un elegante sitio web interactivo de la PFN. No sé qué otras ideas se les ocurran a ustedes, los que aman la PFN, en cuanto a la tecnología y lo que podría resultar atractivo, pero sé que a mí me gustaría que ella también pudiera usar todas esas cosas. Como comunidad de personas que valoran la PFN, espero que podamos colaborar para que sigamos creciendo de tal manera que la PFN sea más accesible a la cultura. La segunda observación que comparto de esta experiencia se puede resumir con las palabras “incomodidad,” “crecimiento” y “acción.” El tener a mi mamá presente fue algo fuera de mi zona de comodidad, pero fue algo que procuré porque sabía que era bueno. Cuando hablé de esto con una sabia amiga cercana después, comprendí algo valioso. Ella me dijo que no importa sentirse incómoda por un rato porque es en esos momentos que uno crece. Ya sea que se trate de una plática en un salón de clases o que mi mamá venga a hacer una presentación a mi clase, tengo que recordarme a mí misma que la incomodidad es algo positivo porque significa que estamos creciendo. Si pudiera darme un consejo a mí misma basándome en esta experiencia, sería lo siguiente: Primero, me recordaría a mí misma hacer algo, enfrentar mis temores y no permitir que la oportunidad se me escape. En la vida se nos presentan opciones y oportunidades, tenemos la libertad de tomarlas y esforzarnos un poco por lo que sabemos que es algo bueno o dejar pasar estas oportunidades al no hacer nada. Segundo, me recordaría a mí misma que debo hacer cosas que me resultan incómodas. La incomodidad verdaderamente puede representar crecimiento. Al compartir cosas como la PFN, estoy aprendiendo que sólo porque yo me siento incómoda no significa necesariamente que las otras personas se sienten igual. He estado en situaciones donde me he imaginado a otras personas incómodas, para después enterarme que no era así. Para mi sorpresa, las personas suelen acoger las cosas bien (como ocurrió con las chicas que yo enseñaba y la PFN). Al hacer nuestro recorrido por la vida, lo que nosotros hacemos afecta a otros y los otros influyen en nuestra vida también. Mi sensación de incomodidad, la fortaleza de mi mamá y la persistencia de mi amiga en que compartiera esta experiencia en palabras con ustedes podría provocar algo en sus vidas. Espero que respondan de la manera en que se sientan llamados. Cualquier cosa que ustedes deseen aplicar de lo que dije hará eco en muchas otras personas, así como la presentación de mi mamá tocó a tantas chicas. Pienso en lo que dijo Sta. Teresa de Calcuta: “Yo sola no puedo cambiar al mundo, pero puedo tirar una piedra al agua para crear muchas ondulaciones”. Les deseo nuevas ideas en la PFN que puedan realizar, especialmente en el campo de la tecnología y la belleza. Les deseo el valor de aceptar retos que les incomoden, pero les hagan crecer. Les deseo que decidan actuar cuando se les presenten las oportunidades que el destino les presente.